LA OPINIÓN DE BIBI CABO


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ADIÓS 2024


21-12-24 - Bibi Cabo

¡¡ADIÓS!!

Inevitablemente, cuando se acerca la época navideña uno empieza a hacer el balance del año transcurrido. El universo baloncestístico ha perdido en este 2024 a figuras legendarias:

Al jugador con su silueta estampada en el emblema de la NBA, Jerry West, conocido por eso mismo como “el Logo”, para otros “Mr. Cluch”, oro olímpico con la selección estadounidense en 1960, un mítico de los Lakers de esa era, equipo con el que llegó a disputar 14 All Star y conseguir un anillo y al que después, desde la dirección, reconstruyó en los 80 con nombres propios como Magic Johnson, Abdul-Jabbar o James Worthy y en los 90 con ilustrísimos como Shaquille O’Neal y Kobe Bryant. Fallecía a los 86 años el pasado 12 de junio.

El 30 de septiembre perecía el congoleño Dikembe Mutombo, “Monte Mutombo”, el gigante taponador de la NBA, el que amenazaba, provocaba y desesperaba con su dedo índice a todos los atacantes rivales (por mi pintura no pasáis, por aquí no anotáis, “no no”). Descarado en las pistas lo era también, o más, fuera de ellas; el más activista en la lucha por lo que quería, lo mejor para el prójimo, para sus compatriotas de la República Democrática del Congo en particular, para su amada África en general. Mutombo creó su propia fundación en 1997, fue el primer embajador global de la NBA, ostentó varios cargos en distintos programas de la ONU, apoyó los Special Olympics y un largo etcétera, etcétera, etcétera de causas bondadosas hasta que un cáncer cerebral lo apagó con sólo 54 años. El congoleño querría seguir ayudando desde su grandeza pero la vida no le dio esa posibilidad de elección…

La tuvieron otros pero se rindieron antes de tiempo. Sin ir más lejos, sólo hace unos días, el internacional letón Janis Timma, ex escolta del Baskonia y del Obradoiro, decidía desaparecer para siempre de la faz de la tierra. El discurrir vertiginoso, el estrés desbocado del mundo post Covid obnubila las mentes y las lleva al abismo. El cerebro a veces pierde la razón...

Que se lo digan a Ricky Rubio. Después de los logros con el Joventut y el Barça, después de 10 años en la NBA, tras conseguirlo prácticamente todo con la selección española (Mundial del 2019, 2 oros europeos, plata olímpica de 2018) el base catalán, de Masnou, sigue intentando recuperar su salud mental. Lo marcó la muerte de su madre, cambió su escala de valores. El baloncesto dejó de ser su aliciente vital, lo invadió la desidia. Y ahora qué. Sigue buscando su yo, con terapia, meditación, acciones solidarias...Sin jugar. Rechazó los ofrecimientos de su Joventut y su Barça. Y aguarda, como un ermitaño, a salir de la cueva. Puede. Aún no ha anunciado su retirada definitiva.

Sí lo hizo, dejar definitivamente el baloncesto profesional, por un tema también más mental que físico, la internacional Vega Gimeno, que militó en el Ensino 2020/2021. La capitana del Casademont Zaragoza, con 4 títulos nacionales y con 2 presencias en el podio con la selección española 3x3, dijo adiós como ella quería, deslumbrando con la brillantez de la plata olímpica conseguida en el 3x3 en los Juegos de París.

Más que a lo grande, a lo superlativo, se han despedido, jubilosos, en este 2024 tres de los mejores baloncestistas españoles de todos los tiempos: el portentoso pívot catalán Marc Gasol, presidente ahora del Bàsquet Girona, con un anillo NBA conseguido con los Toronto Raptors en 2019 después de 11 temporadas en los Memphis Grizzlies, 2 veces subcampeón olímpico, 2 veces campeón del mundo y con 2 oros, una plata y 2 bronces europeos con la selección española en 20 años de competición; el alero/escolta mallorquín Rudy Fernández, el primer jugador en la historia del baloncesto masculino en haber participado en 6 Juegos Olímpicos después de 24 años de baloncesto al más alto nivel y el base tinerfeño “Chacho” Rodríguez, que firmó con la selección española y el Real Madrid un más que excepcional palmarés, que deslumbró asimismo en parajes como Italia, con el Pallacanestro Olimpia Milano, y Moscú, con el CSKA, y que tampoco se resistió a jugar en la NBA.

Gracias, gracias, gracias. Infinitas. Sí. Siempre.

Pero demasiado adiós, adiós, adiós.

Ausencias, huecos, vacío.

¿La nada? Nunca.

Frente a la rendición la vitalidad, la fuerza y el desparpajo aún de veteranos como Marcelinho Huertas. El base de La Laguna Tenerife sigue dando guerra en la ACB a sus 41 años, con una valoración media de 15 créditos en los 10 partidos que ha disputado esta temporada. Con 39 años uno de sus compañeros de equipo, el ala-pívot Aaron Doornekamp, tiene una fiabilidad de 43’8% en los triples hasta el momento, la jornada 11 de la Liga Endesa. Parecidos son los números del alero estadounidense con licencia europea del Hiopos Lleida Kenny Hasbrouk, a sus 38 años, con un 41’1% de media de acierto desde la línea de 6’75 y un 46’4% en tiros de 2 en 10 envites. Disfrutan y siguen haciendo disfrutar en las canchas en un curso de locura en la ACB más anotadora de los últimos 35 años a estas alturas, con un Valencia Basket estratosférico y un Casademont Zaragoza que superan los 1000 puntos; con bombarderos como Jerrick Harding, del MoraBanc Andorra, con un promedio de 22’4 puntos por partido, Bojan Dubljevic, pívot del Casademont Zaragoza, con un 54’8% de puntería en los triples en 9 encuentros o Atoumane Diagne, pívot del Leyma Coruña, con un 93’1% de tino en los tiros de 2 en los 11 primeros asaltos. Esta Liga Endesa, además de loca, está igualadísima, con continuas sorpresas, resultados imprevisibles, equipos que apabullan una jornada y son esmagadoramente sometidos a la siguiente. Este panorama nos promete disparates y disparates impredecibles, emoción frenética, espectáculo total en 2025.

¡¡Adiós 2024!!


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EL SHOW DE WILSON


02-11-24 - Bibi Cabo

El pasado 28 de septiembre, a las seis de la tarde, se activaba todo… ¡Cámara, luces, acción! Como envuelta en un halo naranja eléctrico daba inicio una nueva Liga Endesa, esta temporada...”EL SHOW DE WILSON”. ¿Quién no ha oído hablar de él? Todos los naúfragos conocen a Wilson. Sino que le pregunten a Tom Hanks: ¡WILSON! ¡WIIILSOON! ¡WIIIIILSOOOOON!!

Todos los capitalistas del mundo del deporte saben también del veterano Wilson. Entre ceja y ceja lo tiene su máxima competidora, la compañía Spalding. Todos los deportistas, todos los baloncestistas, están al tanto de las características definitorias de Wilson Evo NXT. ¿Que en qué posición juega? En cualquiera, digamos que es polivalente. ¿En qué equipo? En uno y en todos. Aunque seco, se deja querer. Siempre neutral. Se va con quien mejor lo trate, es fácil que entre por el aro.

Objeto fetiche de muchos cinéfilos, sinónimo de excelencia en el deporte, Wilson se convirtió en imprescindible en el reparto para la inauguración de la Liga Endesa 2024/2025 allá por el 28 de octubre, con los partidos Joventut 91–76 UCAM Murcia y Unicaja 90–73 Bàsquet Girona como apertura. Desde entonces, 5 jornadas ya de aventura, de competición, de una liga más igualada, probablemente a la baja, que la pasada. Está por ver, quedan aún 29 jornadas de pugna. Pero ya han ganado algún encuentro todos los equipos. La pasada temporada no lo habían conseguido ni el Zunder Palencia ni el Covirán Granada.

Desde la temporada 15/16 el Real Madrid o el Barça lideraban la competición al término de la jornada 5. Este curso sólo ha conseguido todos los triunfos posibles a estas alturas el Unicaja Málaga, guiado entre otros por el base de nacionalidad montenegrina Kendrick Perry (16’6 de media de valoración), uno de los ídolos del Martín Carpena, el escolta de Maryland Kameron Taylor (13’6) o el ala-pívot Tyson Pérez (14’3).

4 de 5 victorias posibles firma el Valencia Basket, con el regreso al banquillo del ambicioso Pedro Martínez.

El Real Madrid y el Barça han sufrido ya 2 derrotas cada uno, en Coruña y en Bilbao los blancos, a la deriva a domicilio esta temporada, y en el Palau ante el Baskonia de Pablo Laso y en Málaga, los blaugrana. El Madrid de Chus Mateo no es el del triplete de la temporada pasada. Le ha afectado la retirada de dos leyendas como el Chacho y papá Rudy. Y la marcha de dos pilares como Yabusele y Poirier. Le falta reencontrar su poderío, su ADN o su nuevo yo. A ver si le basta con la energía de los Campazzo, Hezonja, Tavares, Deck… No están aportando lo suficiente los incorporados, Serge Ibaka, un veterano ya de vuelta, y el exterior canadiense Rathan-Mayers. Tocado, aún no ha podido mostrar sus prestaciones el ala-pívot Usman Garuba. La lesión del base, contrastado en Badalona, Andrés Feliz y ahora la del exbreoganista Musa invitan al rastreo del mercado.

Por su parte, al técnico Joan Peñarroya le está costando transformar al Barça infructuoso de Grimau. Su estrella, el escolta serbio Kevin Punter, peca un poco de irregular (motivado en la Euroliga, más comedido en la ACB), Willy Hernangómez sigue evadido, el gigante Youssopha Fall, con sus 2’22 metros, es quizás menos aplastante de lo esperado… Van cumpliendo los Vesely, Parker, Satoransky, Brizuela pero la grave lesión del base italiano Laprovittola maniata ahora más al equipo. Se hace casi imprescindible un fichaje. Los jugadores que promedian mejor valoración hasta el momento en la Liga Endesa son dos de los fichados este verano, el ala-pívot Chimezie Metu (12’6) y el exbreoganista Justin Anderson (12’4). Tiene mucho trabajo, sobre todo defensivo, por delante Joan Peñarroya.

Igualan al Real Madrid (4º en la clasificación) y al Barça (6º) con 3 triunfos de 5 posibles los siempre competitivos conjuntos canarios, la Laguna Tenerife (3º, con el `condensado´ partido en el Pazo por concluir el próximo 7 de noviembre) y el Dreamland Gran Canaria (7º); el MoraBanc Andorra (5º, con el jugador más valorado ahora mismo en la liga, el base Jerrick Harding, 20’8 de media y 22 puntos) y el UCAM Murcia de Sito Alonso, que peleó en la final de los play off con el Real Madrid por la pasada Liga Endesa (8º).

Los equipos gallegos han empezado la competición de manera desigual: ilusionante el ascendido Leyma Coruña de Epifanio, que abarrota de público y de emoción el Coliseum y que suma ya 2 triunfos para la historia, ante el mismísimo Real Madrid y el Casademont Zaragoza; con sobresaltos, vaporizados y de juego, el Río Breogán. Los de Mrsic adolecen de la carencia de un faro resplandeciente en el perímetro y sólo han logrado ganarle al Joventut, a falta, eso sí, de terminar el partido de la jornada 2 frente a La Laguna Tenerife, interrumpido por una nebulosa sobrevenida en el Pazo justo el día del patrono San Froilán en Lugo.

Pero… ¡tranquilos todos! El swing de Wilson acaba de empezar y promete emociones fuertes.


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RECUERDOS DEL PISTOLERO DRAZEN


28-09-24 - Bibi Cabo

El pasado 5 de septiembre los cimientos del Arena Zagreb temblaron ante una aparición sobrenatural. El baloncesto mundial celebraba el memorial a Drazen Petrovic en el que sería el 60 aniversario de su nacimiento y él mismo se presentaba allí 31 años después de su muerte.

¿Imagen real o virtual, fantasmagórica o adorable, holográfica o corpórea? El vertiginoso avance de la Inteligencia Artificial abruma a veces, confunde las almas, los sentimientos. Drazen Petrovic emergió como de la nada y desapareció también como nada, después de saludar con su adicción, un balón, bota que te bota, a los 15.000 afortunados presentes en el Arena Zagreb, en especial a los que habían sido sus compañeros en la selección croata vestida de plata en los Juegos Olímpicos de Barcelona (los Aramis Naglic, Dino Rada, Alan Gregov, Stojko Vrankovic, Zan Tabak, Franjo Arapovic, Vladan Alanovic, Toni Kukoc, Danko Cujeticanin, etc) después de dar la cara en la final ante el Dream Team estadounidense.

El resurgir fugaz de Drazen Petrovic enmudeció el estadio croata y las sollozos brotaron de los ojillos alucinados de un público variopinto, con los aficionados más fieles, los correspondientes representantes institucionales y muchísimas leyendas del pasado y del presente baloncestístico mundial (desde los madridistas Tavares, Musa o Hezonja pasando por Bogdanovic y Pesic, jugador y entrenador, respectivamente, de la selección serbia ganadora del bronce en los últimos Juegos de París a viejos conocidos y compañeros de aventuras del mito, como Vlade Divac, Kenny Anderson, Tony Kukoc, etc, etc, etc. No faltó el famoso Luka Doncic…Ni tan siquiera nuestro breoganista croata Toni Nakic). Todos hubiesen deseado que esa ficción de Drazen se hubiese convertido de nuevo en realidad, pero fue sólo la visión fantástica de un ser fantástico, con la extrema ambición como impulsora, con el baloncesto como obsesión.

3 medallas olímpicas, un oro mundialista y otro europeo dan buena cuenta de su estatus, destacan en un palmarés ampliado y ampliado por sus logros a nivel de equipos. Y eso que se fue demasiado pronto, con sólo 28 años, víctima de un accidente en una autopista alemana. Le bastaron para revolucionar el baloncesto europeo y hasta la NBA. El mismo Michael Jordan se rindió a sus encantos.

Curtido primero en las calles de la ciudad portuaria del Adriático, Sibenik, y después en el equipo local, el Sibenka, Drazen Petrovic llegó a la NBA, previo paso por el Cibona Zagreb, y el trampolín del Real Madrid.

Drazen Petrovic tenía la canasta como delirio, como blanco, y ante ella su pulso se convertía en una ametralladora letal. Plim, plam, plum…Era más que un tirador, era un anotador compulsivo, extremadamente efectivo, por su valía innata, su rock and roll en la pista, pero también por su intenso trabajo. Se hicieron famosas sus prácticas de tiro después de los entrenamientos con un chaleco artesanal de 7 quilos y ya entonces desde más allá de los 7 metros. Porque, claro está que, lo que quería lo conseguía sí o sí, por tenacidad, por terquedad, por esa ambición desmedida, ganar, ganar o ganar. No era un gran defensor, a él sólo le interesaba meter canastas, comerse al rival.

En el Cibona Zagreb Drazen aprendió a manejar ya en la pista, de la mano de su hermano mayor, Aleksandar, otra figura del baloncesto mundial, el trash talking, el lenguaje basura y similares, gestos irreverentes por ejemplo, para desconcentrar al adversario. En la cancha, en la pintura y sobre todo en el perímetro el balcánico era un chico malo, el peor enemigo. Con sus cosas y su acierto consiguió robarle casi él sólo, con 36 puntos y 4 asistencias, la Copa de Europa de 1984-1985 al Real Madrid en el Pireo, Grecia (Cibona 87-78 Real Madrid).

Quizás Drazen Petrovic empezó a conquistar ya ahí al equipo blanco, que lo contrató en 1988. Su fichaje por el Real Madrid abrió todos los telediarios en Yugoslavia. El genio de Sibenik llegaba a España. Dirigido por el estadounidense Clifford Luyk, con el Real Madrid ganó la Copa del Rey 88/89 y la Recopa de Europa ante el italiano Snaidero Caserta, con ni más ni menos que 62 puntos en un partido con una prórroga (Snaidero Caserta 113-117 Real Madrid). En el conjunto madrileño coincidió con jugadores de la talla de Fernando Martín, Jose Biriukov, Jhonny Rogers… Y hasta el gallego Fernando Romay pudo compartir y disfrutar de cerca sus habilidades.

Lo de Drazen fue un visto y no visto en España. Tentado por los Portland Trail Blazers de Oregón se empeñó en cruzar el charco y después de una dura batalla legal acabó pagando una millonada para la rescisión de su contrato con el Real Madrid. En la temporada 1989/90 se estrenaba por fin en la NBA. Pero no explotó realmente hasta la campaña 1991/92, con los Nets. Su casi perfecta ejecución de los triples empezó a hacer que todas las miradas se centrasen en él… ¡Ratatatá, dentro, basketball, canasta! Drazen Petrovic llegó a convertirse en uno de los mejores tiradores de 3 y en uno de los mejores escoltas de la NBA con los Nets, con los que firmó una media de 22’3 puntos por partido, con un acierto del 51’8 en tiros de campo, 44’9 en triples en su última temporada. Fierísimo competidor, con presión al rival, presión al árbitro, con su astucia con el balón y sus jugadas de fantasía llegó a alborotar a las masas en New Jersey, Estados Unidos y el mundo. “Petro”para los americanos era mucho Petro. Como quien no quiere la cosa le abrió de par en par las puertas de la NBA a los talentosos jugadores europeos.

Con su carisma Drazen Petrovic se convirtió en un mito…Un mito que se estrelló literalmente en 1993, un maldito accidente truncó su fulgurante carrera baloncestística. Inolvidables sus dotes, inolvidable su diestra certera, inolvidables sus artes casi de prestidigitador el balón…El genio de Sibenik era incluído en el Salón de la Fama del Baloncesto en 2002, con razón, por sus merecimientos, por números, por su batallar dentro y fuera de las pistas, por ganar, ganar y ganar puntos, partidos, derechos.

El homenaje de principios de mes por el que sería su 60 cumpleaños estaba más que justificado, era casi obligado. Se convirtió en una de las noches más emocionantes del mundo del baloncesto en Croacia.

¿Qué decirle? A sus pies, sir Petro.

Drazen Petrovic ha dejado una huella profunda en el baloncesto mundial pero también un interrogante… ¿Adónde hubiese llegado de seguir vivo? ¿Qué hubiese inventado?