LA OPINIÓN DE PACO BASANTA
SENSACIONES ESPERANZADORAS
28-09-24 - Paco Basanta
El Río Breogán inicia una nueva temporada en la Liga Endesa, será la cuarta consecutiva y la vigesimoséptima en la máxima categoría ( seis en Liga Nacional y 21 en la ACB) y lo hace con un objetivo básico y que ha permanecido invariable a lo largo de todos esos años: conseguir mantener la categoría.
Probablemente para esta campaña que está a punto de iniciar se podría añadir un pequeño o gran matiz, conseguirlo pero sin alcanzar los niveles de tensión y de contratiempos de la pasada temporada. Y este deseo, alguno podría considerarlo casi como una necesidad, parece que también lo han compartido desde la propia entidad lucense. Es evidente que hay factores que se escapan de cualquier control (circunstancias personales o lesiones) pero en lo manejable no hay más que revisar la confección de la plantilla para concluir que los técnicos han buscado potenciar sobre todo aquellos aspectos del juego que fueron más deficitarios.
En la temporada pasada, dejando al margen los sucesos extradeportivos, el Breogán careció de una dirección de juego solvente, de referentes ofensivos y de auténticos generadores de juego, circunstancia que solo se pudo solventar en parte en el tramo final con las incorporaciones de Justin Robinson y de Ben McLemore. Que la primera contratación de cara a esta temporada haya sido la de un jugador como Charlie Moore, el base más destacado sobre todo a nivel de anotación en la última edición de la Lega, ya fue toda una declaración de intenciones. A él se unieron posteriormente dos jugadores también con clara vocación ofensiva como Aleksandar Aranitovic y Darran Hilliard y un Jordan Davis que completa la gama de recursos ofensivos con su velocidad, intensidad y facilidad de decidir en el uno contra uno.
Es evidente que la plantilla del Breogán ha variado, pero no solo porque continúen tres jugadores sino porque las características de los recién llegados propiciarán también un notable cambio en la forma de juego. Para empezar no parece que vaya a ser necesario en esta campaña dejar al equipo rival en menos de 70 puntos para tener opciones de triunfo porque no debería haber tantos problemas de anotación como en el año pasado. Los partidos de pretemporada ya han dejado pinceladas de este cambio. Aún falta, como es lógico, mucho trabajo de equipo, de coordinación y de adaptación para poder ver la mejor versión de estos jugadores, pero de momento ya se ha podido comprobar que la línea exterior dispone de más recursos y de más calidad lo que hará una ofensiva mucho menos previsible. El Breogán jugará con posesiones más cortas y con mayor velocidad.
Quedan dos aspectos básicos por determinar. El primero por lo visto en pretemporada parece encaminado y hace referencia en la asunción de los roles _ no siempre es fácil repartir protagonismos y menos con jugadores acostumbrados a acaparar muchos tiros_ y la capacidad del equipo para mantener una de las señas de identidad del técnico Veljko Mrsic que es el trabajo y la intensidad defensiva. Como se dijo antes, lo visto en los partidos de preparación parecen despejar dudas. El equipo ha sabido compartir el balón, la circulación ha sido la correcta aunque no siempre como es lógico a estas alturas de la preparación y se ha demostrado, en especial ante todo un equipo Euroliga como el Mónaco, que el equipo mantiene esa característica de saber agarrarse a los partidos aun en situaciones de mucho desacierto y para esto, para lograr ser competitivo aún en los peores momentos ante el aro, solo hay una fórmula y está en el trabajo atrás.
La otra duda aún está por despejar. Está claro que el juego interior no dispone de la calidad que sí se atesora desde el perímetro. Hay que reconocer en primer lugar que con apenas dos millones de presupuesto para la plantilla es muy difícil alcanzar el equilibrio deseable, y a partir de ahí hay que saber que será necesario mucho y buen trabajo para compensarlo. La calidad de los exteriores, sobre todo cuando el equipo ya funcione como tal a pleno rendimiento, debería facilitar este trabajo. La mayor amenaza perimetral se debe de traducir en más espacios y mejores opciones dentro de la zona. Veremos la evolución, posiblemente haga falta un poco de paciencia pero, al menos para el que esto escribe, las sensaciones son esperanzadoras.